La realidad actual nos demuestra que hay y siempre ha habido varias culturas en el mundo, lo que nos acerca a la idea de que siempre ha habido un relativismo cultural. Bien es verdad que la cultura occidental se ha constituido en la hegemónica durante los últimos dos o tres siglos, pero esto no nos ha de llevar a despreciar o subestimar las restantes culturas.
Siendo hegemónica la cultura occidental, cabría preguntarse por qué hay que tomar en consideración las demás culturas, si parece que éstas apenas han aportado gran cosa al desarrollo de la humanidad. O dicho de otra manera, la cuestión que surge es por qué ha de tomarse en consideración el pluralismo cultural.
La cultura hegemónica occidental parece haberse centrado en tener más y más, en acumular bienes como signo de tener una buena vida. Otras culturas parecen haber enfocado la existencia en vivir de una manera cada vez mejor, en ser mejores en lugar de tener más, en fomentar más las relaciones personales, familiares o sociales, o bien en impulsar aspectos que tienen más que ver con las relaciones humanas en lugar de centrarse en cuestiones tecnológicas o económicas.
Cada diferente punto de vista puede ayudarnos a comprender mejor el mundo, sin considerarlo únicamente desde la perspectiva occidental. Podría decirse que es bueno abrir los ojos hacia otras culturas, centradas en otras perspectivas, complementando así nuestra visión del mundo.
Las transferencias temporales de estudiantes que se realizan a través de Erasmus ha ayudado a cambiar nuestra percepción del resto de los países europeos, y esto puede suceder conforme nos vayamos abriendo a otras culturas más distantes. El visionado de películas de otras culturas también puede ayudar a cambiar nuestra perspectiva. Las comunicaciones a través de internet pueden facilitar mejor esa conexión entre las culturas.
El posmodernismo, como posible superación de las ideas ilustradas y del marxismo, ha propuesto siempre la fragmentación, la diversidad, el relativismo. Frente a las ideas universales propuestas por la Ilustración o por el marxismo, cabe resaltar la pluralidad de culturas y de enfoques, que subraya el derecho a la diferencia. Hay que respetar los grandes espacios culturales existentes en el mundo y tratar de buscar el máximo acercamiento y equilibrio entre ellos evitando así cualquier posible conflicto entre culturas.
Esta pluralidad evidencia la imposibilidad de llegar a ideas, creencias o consensos universales, aunque siempre hay que intentarlo sobre la base del diálogo. Quizá podría ser una buena idea buscar un metalenguaje o unas metarreglas que puedan convertirse en la base común de todas las culturas, superando así las narraciones o relatos unilaterales construidos desde cada cultura, como son los relatos promovidos desde el capitalismo, desde la religión, desde el comunismo, desde la ciencia. Es la mejor manera de intentar superar los conflictos entre culturas que siempre han existido y existirán.
Carlos Climent
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