VIDEO GRABACIÓN
Las fake news son algo antiguo y se han dado en diferentes ámbitos. Es difícil establecer una definición. En principio, la idea de falsedad parece ser una de sus características más importantes. Habrá que entender provisionalmente que son fake news aquellas noticias falsas que causan o son capaces de causar un daño social, no las falsedades que son inocuas o irrelevantes.
Esta falsedad puede producirse o bien por un exceso de información, o bien por una reducción o amputación en la información, o bien por una manipulación o tergiversación cambiando el enfoque de la noticia.
Sin embargo, es mucho más difícil tratar de definir una fake news atendiendo a la intención o al propósito de quien la elabora o difunde, porque a la vista de la multiculturalidad global y de los múltiples conflictos de intereses existentes en cualquier punto del globo, no está claro si quien emite una noticia lo hace realmente con el fin de perjudicar o, por el contrario, con el fin de apoyar su propia visión del problema, pues cada uno tiene su propia visión de lo que es verdadero o falso, y en realidad pueden haber grandes divergencias entre el punto de vista de uno u otro, sin que en su actuación se aprecie una verdadera malicia o mala intención.
Podríamos examinar las fake news acudiendo a diferentes ámbitos como son el comercial, el político o el mediático.
A) Los anuncios comerciales, cuando exageran las cualidades de los productos que ofrecen, pueden ser un buen ejemplo para saber cómo abordar el problema de las fake news. Estas exageraciones comerciales pueden ser algo ya admitido por una mayoría del grupo social al que se dirigen, pero en otras ocasiones los destinatarios no sabemos si nos están diciendo la verdad o si nos están engañando por ser esa exageración muy intensa y por ser entonces una manipulación.
Todos hemos ido aprendiendo que las exageraciones comerciales de los anuncios es algo normal, pero nos ha hecho ser críticos con respecto a lo que nos anuncian. Esto mismo sería lo que tendríamos que hacer con las noticias que sospechamos que son falsas: tratar de comprobar su autenticidad.
B) Las noticias o comentarios políticos generalmente contienen opiniones, y no hechos. En todo caso, este tipo de noticias o comentarios trata de vendernos un producto que es tan comercial como cualquier otro, pues los votantes son tratados como clientes de un producto comercial, aunque en este caso tenga un contenido político. Cuando se trata de opiniones políticas no hay fake news, porque son opiniones que nos podrán convencer más o menos. Pero cuando la noticia política se refiere a hechos o acontecimientos, hay que sospechar sobre una posible fake news.
Para verificar su autenticidad, hay que preguntarse quién la publica, o sea quién es el autor, porque si la noticia está enmascarada, ya hay que sospechar. Y también hay que preguntarse a quién beneficia (qui prodest) la publicación de esa noticia que sospechamos que es falsa.
C) La realidad de internet nos ha demostrado que hay una enorme pluralidad de fuentes de información del más variado origen cultural y que son muy fáciles de usar por cualquiera. Se habla de una “infodemia” o de una “infoxicación”, es decir, de una sobreabundancia de información que se produce con gran virulencia e intensidad, y que nuestro cerebro no es capaz de asimilar ni de detectar con claridad si es verdadera o falsa, precisamente por su gran volumen, de tal manera que resultamos penetrados e influidos tan intensamente que no podemos discernir su certeza, y en lugar de actuar analíticamente, aceptamos las fake news por aproximación o familiaridad, por lo que superficialmente nos parece que puede ser cierto. Y así el mal causado por las fake news es muy difícil de extirpar o combatir.
Esto es algo que hasta ahora no había ocurrido. Antes, hace poco más de 20 años, las fuentes eran muy reducidas y confiables, porque procedían de periódicos con gran tirada, o bien de las pocas radios o televisiones que había. También habían instituciones que ofrecían gran seguridad sobre el contenido de las informaciones que suministraban (por ejemplo, la ciencia, la iglesia, los medios de comunicación tradicionales, etc.). Ahora todo esto se ha multiplicado, hay una sobreabundancia de información y la producción de noticias directamente desde internet hace que no sepamos realmente su verdadero origen y finalidad.
A todo esto se añade que el lenguaje y el sentido de las palabras van cambiando muy rápidamente, adquiriendo diferentes sentidos según quien use una determinada palabra. Esto varía mucho en función de la edad de la persona que emite una fake news o del área cultural a que esa persona pertenece. Y en consecuencia esto dificulta enormemente saber dónde está la verdad, ya que no existe la seguridad que sobre todo esto había hace 20 años, pues no se tiene seguridad sobre el sentido o significado exacto de las palabras utilizadas en cada fake news: lo que puede tener un sentido o una finalidad para unos puede ser lo contrario para otros. La verdad es algo muy variable según el punto de vista multicultural que se adopte, y es muy difícil llegar a determinar con precisión lo que es verdad y lo que no lo es.
Tanto los anunciantes comerciales como los actores políticos han de vender su producto buscando el máximo número de clientes (mercadotecnia), y si para conseguir este objetivo es preciso mentir, u ocultar una parte de la verdad, o manipular el contenido de la información, no dudarán en hacerlo, procurando siempre no ser descubiertos. Se habla en este sentido de una finalidad bélica o agresiva en todos los que actúan de esta manera.
Desde luego, para controlar si una noticia es verdadera o falsa no podemos dejarlo en manos de la censura gubernamental, porque esto supondría introducir un aspecto autoritario en nuestras democracias. Pero tampoco podemos someterlo a la decisión de las plataformas (facebook, twitter, instagram, etc.): bien es verdad que cuando nos unimos a una de estas plataformas aceptamos sus condiciones particulares, entre las cuales está la posibilidad de que la plataforma decida no publicar una noticia por estimar que es falsa o dañosa socialmente. Pero se trata de una valoración que puede ser arbitraria o interesada.
Parece más preferible que cada uno de nosotros incrementemos nuestro nivel crítico, aprendiendo a detectar las noticias falsas.
P.S. Para una mejor ilustración, se pueden enumerar los once principios de la propaganda nazi que hoy en día pueden considerarse vigentes en muchas fake news.
1.- Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo; individualizar al adversario en un único enemigo.
2.- Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo; los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3.- Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan”.
4.- Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
5.- Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar”.
6.- Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7.- Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que cuando el adversario responda el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9.- Principio de la silenciación. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales; se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que se piensa “como todo el mundo”, creando impresión de unanimidad.
Carlos Climent
Leave a Reply